Este modelo corresponde al proceso comunicativo de los medios de
comunicación de masas, que se conoce como “Tuba de Schramm”,
desarrollado en la década de los setenta. El emisor (fuente) recoge unos
hechos concretos de la sociedad, los descodifica, los interpreta y, por
último, los codifica en forma de noticia, que será distribuida a un
público masivo gracias a los medios de comunicación. El mensaje será
recibido por muchos receptores (destino), que descodificarán la noticia y
la interpretarán según su parecer y, además, la comentarán y
desarrollarán con el grupo social de su entorno. El receptor podrá
contestar al mensaje del emisor, ya sea con un nuevo mensaje codificado
(retroalimentación inferida) o con alguna acción.
Para que el mensaje sea recibido con éxito, el autor señala una serie de pasos previos que hay que seguir:
1. El mensaje debe hacerse de modo que llame la atención del destino.
2. La fuente debe emplear signos que se refieran a una experiencia común de
la fuente y del destino. Ejemplo de ello son las ideologías, los
diversos temas a tratar, etc.
3. El mensaje debe despertar necesidades de la personalidad del destinatario y sugerir maneras de satisfacerlas.
4.Los modos de satisfacer esas necesidades deben adecuarse a la situación
del grupo en la que se encuentra el individuo receptor (normas, valores,
etc.).
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